NOVIEMBRE 2009

Duele y mucho. Comprobar cada día cómo los valores en que uno había sido criado y CREÍA, se van diluyendo, deteriorando, despedazando hasta convertirse en una triste mueca repetida y ridiculizada por la televisión. El tiro del final.
Pero a lo mejor en ese intento de redención tan humano, a algunos no nos conforma este chicle tan masticado, y contra viento y mareas de papel, de radios, de internet y de cajas bobas, volvemos a las fuentes que suelen ser inspiradoras tantas veces.
Y LAS FUENTES EN ITUZAINGO SON ROLANDO GOYAUD.
No se habla de aquí de exclusividades, tampoco de guerra de “cuasi” vedettes. Mucho menos de las internas entre Alberto Descalzo y Amalia Goicochea que han intentado sin conseguirlo minar la voluntad de este hombre (hablo del director del único museo del pueblo) que hizo de “ponerse la camiseta de Ituzaingó” un acto cotidiano y en algunos casos hasta casi enfermizo.
Primero lo ningunearon, cuando en los albores del nuevo Municipio esta per­so­nalidad ilustre (por sus frutos, por miles de chicos y adultos que se han acercado, instruido y solazado entre las 4 paredes de su casa -de la de Goyaud- que funciona co­mo museo) ratifico: ningu­nea­ron, tal vez en un intento desesperado de achatar todo lo que pueda opacar el brillo que muchas veces se le intenta dar (y no tienen) ciertas actividades muni­cipales.
Refaccionaron el edificio de Olazábal al 800 y –por presiones del periodismo local, encabezados por quien esto firma- gritaron a los 4 vientos que allí iba a funcionar el Museo de Ituzaingó. Municipal claro.
Cuando el director del único museo en funciones se consideró ofendido porque no lo habían convocado ni siquiera para re­co­nocer su trayectoria (muchos años de recibir e inventariar las piezas que donan los pro­pios vecinos del pueblo); clarifico debido a la natural bronca que me provoca recordar y revolver todo esto; cuando Goyaud se ofen­dió, lanzaron una encuesta para preguntarle a la gente “si no consideraba que esta per­sonalidad era egocéntrica”.
Claro está que el Museo de Olazábal jamás recibió el empuje necesario porque hubiera sido una cachetada que sus paredes albergaran elementos dispersos por ahí) y en nuestro pueblo coexistieran dos museos: uno hecho a pulmón y el otro de prepo por el gobierno de Descalzo.
En nuestros acercamientos con Amalia Goi­cochea le hemos manifestado que lo único que quería Goyaud era que el Museo Mu­nicipal llevara el nombre de su tía Clarisse Coulombie y que él se ofrecía a ser su Director (méritos y condiciones le sobran).
Un poco para emparejar algo hace 10 meses el concejal Walter Elías presentó un proyecto de resolución aprobado POR UNANIMIDAD en el Concejo Deliberante (no son muchos los temas que tengan todas las manos levantadas de todas las fuerzas políticas); me es imprescindible reiterar (por las complejas aristas que las miserias humanas han instalado en un tema tan fácil) QUE ROLANDO GOYAUD FUERA DECLA­RADO CIUDADANO ILUSTRE de este pueblo.
Hace 10 meses EL DIRECTOR DEL MU­SEO espera que el Intendente de su pueblo se expida sobre la unanimidad de los conce­jales. Como el personaje de Raúl Scalabrini Ortiz EL HOMBRE QUE ESTÁ SOLO Y ESPERA.
PORQUE GOYAUD NO SE LO MERECE, no está dicha la última palabra.

Daniel Jorge Galst